Opinión

 

A finales de la década de los 70 se realizaron los primeros estudios para medir el conocimiento científico de la población (Eurobarómetro 63.1 (2005)). Éstos iniciaron una nueva perspectiva a analizar: las actitudes hacia la CyT y su relación con el nivel de comprensión de ésta; planteando la posible relación positiva entre el conocimiento y las actitudes del público. Los estudios tradicionales de la Comprensión Pública de la Ciencia (CPC) se centraron en que las actitudes positivas hacia la ciencia podían depender del nivel de alfabetización científica de la población.

 

En el análisis de los resultados de las encuestas y en el definido como “Modelo del Déficit” (Wynne, 1991; Ziman, 1991) es el público que se asume como deficiente ante la ciencia, y sus dudas sobre el valor de la ciencia se deben al miedo a lo no familiar. Debido a la ignorancia sobre la ciencia se ven sometidos a miedos irracionales y creencias.

 

Tal y como se comenta en esta tesis, el modelo tradicional de la CPC sugiere una concepción de cultura científica basada en el nivel de conocimiento, y hoy en día se considera una conceptualización errada. Estas posturas críticas indican que la cultura científica implica conocimiento no sólo de los hechos sino también incluye conocimientos sobre riesgos, efectos adversos, usos políticos, dilemas éticos o condicionamientos económicos de la investigación científica y el desarrollo tecnológico.

 

En mi opinión, la falta de cultura científica (como se conceptualiza en el párrafo anterior) puede suponer en mayor porcentaje, no es algo 100% seguro, que el público tenga una actitud negativa hacia la ciencia. La falta del conocimiento básico sobre hechos científicos o efectos positivos de cuestiones científicas, supone una mayor probabilidad de una actitud negativa; entendida como una actitud desfavorable a promover la investigación o no ser entusiasta sobre las innovaciones tecnológicas.

 

Sin embargo, no considero que un incremento de la cultura científica de la población suponga una relación directamente proporcional con el aumento de la actitud positiva. La conciencia de los beneficios de la ciencia y la tecnología es clave en la generación de una actitud positiva hacia la ciencia. Pero no podemos olvidar, que el conocimiento de los beneficios también debe suponer la conciencia de los efectos adversos y consecuencias negativas sobre todo en temas especialmente controvertidos. En mi opinión, el aumento de la cultura científica debe suponer una sociedad (público general, científicos/as y políticos/as) más formada, más comprometida, más crítica y con capacidad y ganas de participar en cuestiones de índole socio-científica.

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